La importancia de la cadena de frío
Cuando queremos conservar alimentos, comida fresca, productos congelados o hielo es de vital importancia mantener la temperatura y, durante los traslados que puedan producirse, cuidar al máximo que la temperatura no varíe en exceso y, sobre todo, no disminuya. Si se disminuye la temperatura se reduce también la capacidad de la mayoría de microorganismos de reproducirse. La ultracongelación consiste en conseguir, en 2 o 3 horas, una temperatura de -18º a 20º, de tal forma que se mantengan intactas todas sus características como el sabor, la textura, el color y la forma.
La cadena de frío se basa en el control constante de la temperatura en todos los eslabones de suministro de un alimento, desde su producción, al transporte, almacenamiento y venta final. En el caso de nuestra empresa, realizamos el envío a domicilio de hielo en Madrid con productos de la máxima calidad, respetando y mimando la temperatura y procesos de cada uno de los pasos.
¿Cómo detectar si la cadena de frío se ha roto?
A simple vista, podemos saber si la cadena de frío se ha roto observando los siguientes indicios:
- El envase del producto está en mal estado, sucio, roto, con desperfectos o parece demasiado grande u holgado.
- La escarcha significa que el producto se ha descongelado y se ha vuelto a congelar.
- El alimento no está rígido y lo encontramos blando o con indicios de que ha empezado a descongelarse.
- Si tarda menos de una hora en descongelarse.
Consejos para no romper la cadena de frío
Si queremos evitar romper la cadena de frío y conservar adecuadamente los alimentos el primer paso es comprar productos en buen estado y con el envase con buen aspecto; a continuación, ordena la compra nada más llegar a casa e introduce en el frigorífico o congelador cada uno de los productos. Una tarea que solemos pasar por alto cuando nos encontramos en casa es controlar la temperatura de nuestros congelador y frigorífico, asegurándonos que estén entre los 8 y los – 18 grados; por último, recuerda que los productos cocinados no deben enfriarse, ni mucho menos congelarse, calientes.